El pasado 7 de abril, se celebró el Día
Mundial de la Salud, y por ello los profesionales sanitarios del Equipo Esperi de la Fundación O’Belen en su blog, hacemos una
referencia a la importancia que tiene el cuidado
integral de la salud entre la población
infanto-juvenil y en especial al cuidado de la Salud Mental
Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre un 10 y un 20 por ciento de los
adolescentes europeos sufren algún problema de salud mental o de comportamiento
(alrededor de 2 millones de jóvenes en Europa sufren trastornos mentales). El
cuidado de la salud mental de los jóvenes es una responsabilidad de toda la sociedad e instituciones.
Los trastornos mentales tienen enormes
repercusiones en el desarrollo emocional e intelectual de los niños, en el
aprendizaje escolar, la adaptación social y el descubrimiento de la vida. Minan
la imagen personal y la autoestima de los jóvenes, la estabilidad y la economía
de las familias. Promover la Salud
Mental de los niños, prevenir,
diagnosticar y tratar correctamente las enfermedades mentales, es no sólo
un acto de justicia social sino una medida de ahorro y buena gestión económica.
Durante mucho tiempo se ha negado que los
niños sufrieran trastornos mentales o se ha minimizado su importancia. Se han
considerado problemas menores. Sin embargo la realidad es bien distinta, más de
la mitad de las enfermedades mentales de la población surgen en la infancia y
adolescencia y ya nadie duda de que exista una continuidad entre los trastornos
mentales infantiles y los de la vida
adulta.
Tampoco hay ninguna duda respecto a la
gravedad y serias consecuencias que tienen estos trastornos cuando no se
tratan. La ausencia de un diagnóstico y
tratamiento en los problemas de salud mental de los niños y adolescentes
condicionarán seriamente su futuro, provocando una disminución en sus oportunidades educativas, vocacionales y
profesionales.
Entre los trastornos mentales
más frecuentes podemos destacar los siguientes: trastornos
adaptativos, estados de ansiedad, depresión, trastorno por déficit de atención
e hiperactividad, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos del
vínculo, trastornos de personalidad, trastornos generalizados del desarrollo,
trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por uso de sustancia, trastorno
bipolar, esquizofrenia… Enfermedades que, en muchos casos, aparecen en las primeras
etapas de la vida del individuo. Es por ello que tiene especial importancia iniciar el proceso de prevención, detección,
diagnóstico, tratamiento y rehabilitación desde la edad infanto-juvenil.
Intervenir de forma acertada en
las primeras etapas del desarrollo de un individuo supone siempre una inversión
para el futuro y esto es más evidente, si cabe, cuando se trata de la Salud
Mental.
Equipo Esperi, es un proyecto de la Fundación Internacional O'Belen. Pincha aquí para saber más
www.obelen.es
Fuentes: Informe sobre la Salud Mental de niños
y adolescentes. AEN. La salud mental de las personas jóvenes en España (INJUVE)
Hola, quisiera haceros una pregunta. Tengo una hija que se encuentra totalmente desmotivada por todo, no quiere estudiar, apenas quiere salir de su habitación, no habla con nosotros y nos preocupa. ¿Qué consejos nos podrías dar para poder ayudarla?
ResponderEliminarMuchas gracias
Buenos días y gracias a ti por escribirnos,
ResponderEliminarEn primer lugar sería importante saber la edad de tu hija y desde cuándo está así, si está siendo constante o presenta "alti-bajos".
En segundo lugar, conocer si ha habido últimamente algún cambio importante en su vida que la pueda estar generando un mayor estrés, ansiedad, preocupación o inseguridad en relación a algún aspecto de su vida (familiar, académico, social, sentimental, físico, etc).
En tercer lugar, es fundamental saber si se muestra igual en todos los ámbitos, es decir, lo han observado también sus profesores, amigos, otros miembros de la familia y, por supuesto, qué opina ella al respecto.
En cuarto lugar, os preguntaría que cosas habéis intentado hasta ahora para que sus situación mejore y cuáles son los resultados obtenidos, y, además, cuáles consideras que son los "puntos fuertes" de tu hija, las cosas que le pueden ayudar a sentirse mejor.
Por último, para poder hacer una buena evaluación y llegar a un diagnóstico certero, conviene saber si hay antecedentes de episodios parecidos tanto en la familia como en tu propia hija, y, si es así, qué medios emplearon para afrontarlos y superarlos.
Una vez recogida y analizada toda esta información, podríamos determinar si se trata de un cuadro reactivo o adaptativo a una situación de cambio (por ejemplo.- una primera ruptura sentimental, integración en un nuevo grupo de compañeros, que probablemente mejore espontáneamente gracias a los recursos propios de tu hija y con el apoyo de su familia y grupo de amigos, o si, por el contrario, se trata de un cuadro más complejo que requiera la consulta con un especialista en salud mental.
Espero que te sirva de ayuda, un abrazo, mucha suerte y no dudes en volver a consultarnos cuando lo necesites.