La idea de establecer un Día Mundial del Sueño, surgió de la
Asociación Mundial de Medicina del Sueño en el 2008, con el objetivo de
difundir a la población recomendaciones sobre los problemas del sueño, que afectan
aproximadamente al 45% de la población y al 25% de los niños.
Hace tiempo que se relaciona
una carencia de descanso durante la noche en los niños con efectos negativos en
la memoria o en la capacidad intelectual. Además a estos efectos, la falta de
sueño provoca también un desequilibrio hormonal que desemboca en sobrepeso, accidentes recurrentes, problemas de humor, impulsividad, agresividad,
irritabilidad y frustración. También se ha descubierto cambios en los
niveles de actividad en niños, ya sea en un sentido de hiperactividad o de baja
actividad. Adicionalmente, los problemas a la hora de dormir ocasionan dificultades escolares relacionadas con
escasa memoria, atención, capacidad de aprendizaje y de razonamiento
3 de cada 10 niños españoles
sufren insomnio infantil debido a los malos hábitos que han adquirido. Los
expertos alertan sobre la importancia de tratar este problema en la infancia ya
que, en caso contrario, es probable que estas complicaciones persistan de
adultos. Uno de los principales
problemas que detectan los expertos hace referencia a que en España un alto
número de niños ve la televisión hasta medianoche en días laborables.
Es esencial que los niños
cumplan con una serie de hábitos
saludables. La labor de los padres resulta fundamental y deben trasmitir
pronto una regularidad en horarios. Las
horas de sueño necesarias siempre varían en función de la edad, así entre los
2-3 años las horas se ajustan hasta las 11 horas de sueño más una siesta a
mediodía, los de 8 años deben dormir al menos 10 horas, y los de 13 ó 14 años
unas nueve.
Algunas sugerencias para ayudar al niño a dormir:
- Establecer una rutina de sueño que incluya un
período de tranquilidad antes de la hora de dormir.
- Evitar o reducir al mínimo el acceso a la
televisión o a los videojuegos antes de dormir
- Establecer un horario para dormir todos los
días, que ayudará al niño a mantener una rutina.
- Dormir con un juguete o peluche de apego.
- Controla que la temperatura de la habitación sea
agradable y que la ropa sea cómoda.
- Deja una luz encendida si el niño lo pide.
- Evita dormir con el niño. Le hará más difícil
acostumbrarse a dormir solo.
- No acudir cada vez que el niño llama o se queja.
Debes estar atento siempre y acudir solo cuando existe algún signo de problemas
reales como pesadillas, sonambulismo,…
- Evitar asociar la cama con situaciones de
castigo.
- Evitar el consumo de bebidas con cafeína después
del mediodía.
- Realizar actividades relajantes y no realizar actividad
intensa antes de acostarse.
- Resolver problemas o hacer planes antes de irse
a la cama y no en el momento de acostarse.
- Los padres necesitan estar seguros y convencidos
de lo que están estableciendo. El niño necesita sentirse seguro. Las rutinas o
rituales para ir a la cama, como regular la hora de acostarse, son
fundamentales para establecer una pauta de sueño.
A continuación hacemos una
descripción breve de los trastornos del
sueño que más afectan a la infancia.
La próxima semana nos centraremos en el INSOMNIO
INFANTIL al ser una de las demandas más frecuentes en las consultas
pediátricas y de psicología infantil.
Narcolepsia: se caracteriza por somnolencia y episodios
incoercibles de sueño de aparición súbita.
Síndrome de movimientos periódicos de las piernas: episodios
periódicos de movimientos estereotipados de las extremidades, generalmente las
piernas, que ocurren durante el sueño.
Trastorno del establecimiento de límites: alteración del sueño del
niño caracterizada por el rechazo a irse a la cama en el momento adecuado, con
fallo por parte del cuidador en el modo de inducir al niño a hacerlo.
Trastorno de las asociaciones al inicio del sueño: se produce
cuando el sueño se altera por la ausencia de un objeto o circunstancias que el
niño asocia con el inicio del sueño. El problema se acentúa cuando se asocia el
inicio del sueño con la actuación o presencia del adulto
Retraso de fase de inicio del sueño: trastorno del ritmo circadiano
del sueño con incapacidad de conciliarlo a horas convencionales, lográndolo más
tarde, con dificultad para despertarse a las horas convencionales.
Sonambulismo: conducta compleja que incluye generalmente caminar,
que se inicia durante el sueño lento, por lo que es más frecuente en el primer
tercio de la noche. Es más prevalente entre los 4-8 años y el curso suele ser
benigno
Terrores nocturnos: despertar brusco que se produce desde fases 3 ó
4 de sueño lento acompañado de grito y síntomas vegetativos y conductuales de
miedo intenso. Suelen ocurrir en el primer tercio del sueño nocturno y la
persona no recuerda el episodio.
Movimientos rítmicos del sueño: conjunto de conductas
estereotipadas con movimientos repetitivos de tronco, cuello, cabeza que
ocurren inmediatamente antes de iniciar el sueño y se mantienen durante el
sueño ligero. Es frecuente en lactantes y niños hasta el 2º-3er año de vida,
pero puede persistir hasta la edad adulta en algunos casos.
Somniloquia: emisión de palabras o sonidos durante el sueño sin
conciencia subjetiva del evento.
Pesadillas: Sueños que producen sensación de miedo al sujeto que
los padece y que generalmente lo despiertan desde sueño REM, por lo que son más
frecuentes en la 2ª mitad del sueño nocturno.
DORMIR ES
TAN IMPORTANTE COMO COMER PARA MANTENER UN ESTADO DE SALUD ÓPTIMO. POR ESO, CUANTO
ANTES SE SOLUCIONE LA DIFICULTAD, MEJOR.
Fuentes:
Trastornos del sueño infantil (Psocodiagnosis.es- Psicología infantil y
juvenil), Tendencias21. Guiainfantil.com